La moda no es para nada una frivolidad. La ropa tiene cuatro dimensiones y entender cómo las cuatro impactan tanto en nuestro ser individual como en el conjunto de la sociedad es fundamental para poder utilizarla como herramienta para alcanzar nuestros objetivos. ¿Has pensado alguna vez sobre la influencia que ejercen las prendas que vistes sobre ti y tu entorno?
En muchas ocasiones se tacha al mundo de la moda de frívolo, obviando que se trata de una de las industrias que más impacto económico tiene en los PIB de los países. Pensar en todo lo que concierne a la ropa como algo superfluo supone reducirlo a la parte más visible. Pero, desde un punto de vista sociológico, la ropa conlleva un significado mayor que nos gustaría contaros. Puede que se quede solo en mera información curiosa pero quizá sea objeto de una reflexión más profunda. ¿Has pensado alguna vez en alguna de estas cuatro dimensiones?
Dimensión física: La ropa como elemento para cubrir nuestro cuerpo.
Es la primera de las dimensiones y la más básica. Desde los tiempos más antiguos, los hombres han tapado su cuerpo con pieles de animales para protegerse del frío. Más adelante, una percepción del cuerpo como algo íntimo y privado, hizo posible que la ropa fuera el principal elemento que servía de barrera ante las miradas indiscretas. Hoy día, la ropa continúa teniendo esta utilidad, la de adaptar nuestro cuerpo a las distintas temperaturas y protegerlo desde una perspectiva más pudorosa.
Dimensión emocional: La ropa como elemento para hacernos sentirnos mejor.
La ropa tiene una influencia decisiva en nuestro estado de ánimo. Durante la pandemia del Covid-19, en la que todos estábamos en casa, la compra de pijamas y ropa cómoda se disparó. Años después, esta tendencia aún persiste en la moda y cada vez apostamos más por prendas amplias y zapatos planos. Pero, precisamente, psicólogos y psiquiatras animan a vestirnos si nos encontramos tristes o deprimidos.
Vernos con prendas que nos favorecen es fundamental para sentirnos bien. Incluso los colores tienen gran importancia a la hora de tener una concepción propia más positiva. De ahí la importancia de la asesoría de imagen, no solo desde un punto más pragmático sino como terapia para recuperar la autoestima perdida.
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Dimensión social: La ropa como elemento de estatus social.
El mundo de las marcas de lujo en moda funciona a partir de un componente aspiracional, es decir, sus prendas reafirman un estatus social o lo simulan. De la misma forma, una persona que viste prendas en mal estado o de una calidad deficiente transmite una imagen descuidada, aunque no se corresponda realmente con su situación económica.
Por ello, se habla de la dimensión social de la ropa como el estatus que transmiten las prendas que llevamos y que nos permiten relacionarnos con unos determinados grupos o ser incluido en un determinado arquetipo social.
Dimensión artística: La ropa como elementos sobre el que plasmar nuestras ideas.
La última dimensión de la ropa es la artística, es decir, la manera en la combinamos prendas, tejidos o colores dice mucho de nuestra capacidad o sensibilidad artística. Utilizamos nuestro cuerpo como lienzo sobre el que «pintamos» a través de la moda nuestra visión del mundo. Se trata igualmente de una capacidad comunicativa, de relación social, que nos permite identificarnos con determinadas ideas y, por otro lado, transmitir nuestra individualidad.