Cuántas veces nos hemos comprado un conjunto para una boda y se ha quedado aparcado en el armario tras el evento. Adquirir prendas de un solo uso es una pérdida de dinero, tiempo y espacio. Afortunadamente, tenemos una amplia variedad de marcas, estilos y artículos para diseñar nuestro armario cápsula, en función de nuestra colorimetría, silueta corporal y estilo de vestir.
Para mujeres que requieren de un armario profesional siempre listo, pero que cuentan con poco tiempo para ir de compras, lo ideal es hacer un armario cápsula, es decir, crear un conjunto de prendas que puedan combinarse entre sí de forma sencilla, dando lugar a multitud de looks. Estos armarios cápsula suelen estar compuestos por prendas básicas y clásicas.
Las prendas básicas (vs. prendas de vestir) son aquellas cuya estructura no es excesivamente compleja, carece de detalles y sus líneas son visibles y simples. Las camisas o pantalones de vestir son buenas opciones porque serán prendas que aprovechemos para varias ocasiones, desde el día a día en la oficina hasta un cóctel. Por el contrario, los vestidos nos ofrecen menos opciones de combinación por lo que no tendríamos más de 1 o 2 en el armario.
Las prendas clásicas (vs. prendas de tendencia) son aquellas que no pasan de moda. Independientemente de su complejidad, son prendas que siempre se llevan. Los jerséis de cuello cisne o las faldas lápiz pueden formar parte de nuestro outfit para una cena de navidad o para una reunión formal de día. Por el contrario, los pantalones de cuero, transparencias, tejidos lenceros, etc. son tendencia este otoño/invierno pero nos ofrecen menos posibilidades de combinación.
Los colores también tienen su importancia en el armario cápsula. Los colores oscuros suelen ser los más socorridos (negro, gris, marrón, etc.). Si bien, son tonos muy combinables, también podemos apostar por otros tonos neutros como el verde oliva, azul marino o berenjena. Nos sorprendería su capacidad de combinación.
Y una de las preguntas más repetidas cuando hablamos de prendas cápsula es cómo podemos hacer que nuestros outfits no queden demasiado simples o anodinos con prendas básicas y clásicas. Los complementos son la clave. Para que un look quede redondo, debe tener al menos un complemento: cinturón, joya, gafas, sombrero, etc. Apostar por colores acento que rompan la monotonía de los tonos neutros, puede elevar nuestro aspecto, transmitiendo una imagen moderna y profesional.