Los asesores de imagen emplean la colorimetría para crear una imagen atractiva, saludable y descansada a través de los colores que mejor sientan a cada persona. Detrás, existe toda una metodología científica que evoluciona tanto en análisis como en tecnología.
Está más que comprobado que cada color nos sugiere una emoción distinta. Existen motivos irracionales pero también influye la experiencia propia y la cultura en la que nos desarrollamos. Contamos, incluso, con un campo de la psicología, llamado psicología cromática, que analiza el efecto que los colores tienen en nuestra conducta y en la manera en la que percibimos un hecho en función de los tonos que lo envuelven.
Derivado de ello, nos encontramos con aplicaciones en el campo del diseño o del marketing, en los que se utilizan unos determinados colores en detrimento de otros con el objetivo de vender más o provocar un determinado sentimiento en el observador.
En este artículo no vamos a analizar el significado de cada color, que es algo que podemos encontrar en miles de artículos de Internet, sino que vamos a profundizar en cómo el color es un factor fundamental, y diferencial, en nuestra imagen profesional. En este sentido, nos adentramos en la importancia de la teoría de la colorimetría como ciencia para determinar la concentración de colores en una determinada aplicación.
Detrás de la colorimetría figuran complejas fórmulas matemáticas cuyos resultados se aplican hoy día a la industria química, la óptica e, incluso, a la consultoría de imagen. Y es que existe una clave fundamental para entender la colorimetría: la percepción de cada concentración de color dependerá, en gran medida, de la base sobre la que se aplica.
Por ello, cuando hablamos de los servicios de colorimetría en el ámbito de la asesoría de imagen, nos referimos a cómo los profesionales de la imagen aplican determinadas combinaciones de colores sobre el rostro de un cliente para determinar qué gama cromática es la más favorecedora y así diseñar así un tinte de cabello, un maquillaje para un evento o la incorporación de determinadas prendas al armario.
La colorimetría como método científico
A la hora de hacer un estudio de colorimetría, influyen factores como el tono natural del cabello, el color de los ojos y los pigmentos de la piel. Durante este análisis, se miden conceptos como la temperatura, contraste e intensidad del color. Y como método matemático que es, se realizarán determinados ensayos aplicando tonalidades a la piel para obtener un resultado científico.
¿Cómo funciona un estudio de colorimetría tradicional? La forma clásica de realizar este servicio es probar al cliente en persona una serie de pañuelos de colores sobre el pecho y ver su reflejo en la piel del rostro. Estos colores llevan una estudiada proporción de azul/amarillo, además de unas opciones de color más puro versus versiones empolvadas o mezcladas con mayor cantidad de color blanco.
El cliente podrá ver en directo cómo estos colores producen automáticamente un efecto “buena cara” o, por el contrario, destacan rasgos como las ojeras, bolsas o imperfecciones de la piel. Es importante, en este sentido, que el cliente al que se le realiza el servicio lleve la cara lavada, sin maquillaje, e informe previamente al asesor de imagen sobre el color natural del cabello, ya que todo esto influirá en gran medida en el resultado.
Precisamente, la forma de medir este resultado también está consensuado y homogeneizado de forma internacional por los asesores de imagen. Hablamos de una metodología basada en estaciones del año (primavera, verano, otoño e invierno) y su correspondiente gama de colores. Cada estación tiene una serie de rasgos definidos por las tonalidades de la piel, ojos y cabello. Una vez realizado el servicio, el cliente recibirá su gama de colores correspondiente a esa estación del año.
En los últimos años, el campo de la asesoría de imagen ha evolucionado este modelo, ofreciendo también la posibilidad de dividir cada estación en subestaciones en función de la luminosidad, el tono o la saturación.
¿Cómo influye el color en la imagen profesional? Conocer la gama de colores que mejor nos sienta es un factor muy importante en el diseño de nuestra imagen, al igual que lo es el conocimiento de nuestra silueta para apostar por determinados patrones más favorecedores.
Un líder será siempre mejor percibido si cuenta con una imagen atractiva, saludable y descansada. No solo transmitirá el crédito necesario para dirigir al grupo sino que contará con una mayor confianza en sí mismo para alcanzar sus objetivos.
Si llevamos colores favorecedores cerca de nuestro rostro, no necesitaremos de maquillajes excesivos ni grandes artificios para mostrar una imagen acorde con el rol que desempeñamos. Ahorraremos tiempo porque tendremos la certeza de que contamos con las prendas perfectas para nosotros. Ahorraremos dinero porque compraremos siempre lo que mejor nos sienta. Es decir, invertir en colorimetría como una de las claves para una imagen profesional exitosa supone apostar por el autoconocimiento para obtener nuestra mejor versión.
Una asesoría de imagen más tecnológica
Al utilizar una metodología científica, los servicios de colorimetría pueden aprovechar perfectamente las ventajas de tecnologías como la inteligencia artificial. En Personalitia somos pioneros en utilizar aprendizaje automático (machine learning) para obtener este análisis de forma automática a través, tan solo, de una fotografía del rostro.
Nuestro algoritmo ha sido entrenado con gran cantidad de pruebas de colorimetría, y cuenta con la capacidad de analizar las mismas variables científicas que detecta un asesor de imagen con un cliente sobre terreno. El resultado es nuestro Test de Colorimetría online, que ofrece resultados inmediatos, con la misma fiabilidad y calidad que un servicio de colorimetría tradicional.
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