Nuestra imagen es, en muchas ocasiones, nuestra carta de presentación. Trazar un plan de mejora es parte fundamental de nuestra trayectoria profesional, en la que nuestro aspecto, comportamiento y skills de comunicación pesan tanto como nuestra formación académica y experiencia.
Según una encuesta realizada por LinkedIn al inicio de 2023, el 54% de los españoles se plantea cambiar de empleo. Las entrevistas de trabajo, bien para promocionar internamente como para incorporarse a otra compañía, son uno de los métodos más extendidos para alcanzar este objetivo. Y en estos encuentros, las primeras impresiones cobran especial sentido.
Un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Harvard desveló que solo eran necesarios 7 segundos para obtener una primera impresión de nuestro interlocutor. Cambiar esta percepción en una segunda oportunidad es verdaderamente complicado.
Pero el día a día es complejo. Reuniones, viajes, compromisos, conciliación, etc. Cada vez contamos con menos tiempo para nosotros, para ir de compras, para cuidarnos o para invertir en nuevas habilidades. Por el contrario, a la vez, nuestra imagen es parte de nuestro valor y es necesario invertir en ella, dedicarle atención.
Tanto nuestra forma de vestir como nuestras habilidades sociales y comunicativas son claves, también en el ámbito profesional, en el que nos jugamos un nuevo empleo, un ascenso o el éxito de un proyecto o iniciativa. De ahí la importancia de la figura del consultor o asesor de imagen para diseñar la imagen profesional.
La asociación profesional AICI (Association of Image Consultants International) considera que «los consultores de imagen están cualificados y dedicados a ayudar a personas y compañías en todos los aspectos de apariencia personal, comportamiento y comunicación para asegurar una imagen ganadora en la vida de los clientes y sus negocios«.
En este sentido, debemos tener en cuenta una serie de factores que son esenciales para crear una imagen profesional exitosa:
- Estilo personal: un consultor de imagen nunca modificará el estilo o la personalidad del cliente, sino que su trabajo se basa en alinear ésta con la imagen pública de la compañía para alcanzar sus objetivos. ¿Cómo vestir para el cargo al que se aspira? ¿O para conseguir el trabajo que se pretende? Este primer factor es sumamente importante porque es clave en la relación entre cliente y asesor. Sin duda, se debe desconfiar de aquellos consultores empeñados en disfrazar a sus clientes o crear una imagen de ellos que poco tiene que ver con la persona en realidad. Pero es también un reto para los asesores de imagen, que deben buscar el equilibrio entre imagen corporativa del cliente y la libertad del empleado de llevar una imagen que le representa sin que por ello sea discriminado.
- Colorimetría y morfología: la Red está llena de consejos sobre cuáles son los colores más favorecedores o cómo vestir según distintas siluetas. Si bien, solo un asesor de imagen tiene la formación adecuada para poder determinar la colorimetría y la morfología de un cliente, ambas disciplinas que tienen mucho de sensibilidad artística y experiencia pero también de ciencia.
- Identidad corporativa: una vez analizado al cliente, es necesario conocer la otra parte, es decir, la compañía en la que trabaja o aspira a trabajar. Es fundamental tener en cuenta la misión, la visión y los valores de la compañía. La idiosincrasia, por ejemplo, de una entidad financiera es totalmente diferente de una compañía tecnológica.
- Dress Code corporativo: ligado a la identidad de la compañía, sus códigos de vestimenta son fundamentales para diseñar una imagen profesional. Desde lo más formal de día (Business) hasta la progresiva relajación (Business Casual a Smart Casual), pasando por los eventos de tarde/noche (Cóctel) y fin de semana u off-site (Casual), un cliente debe tener un armario completamente optimizado para hacer frente a este Dress Code dentro de su desempeño profesional.
- Rol: Por supuesto, el papel que desempeña el cliente en la organización y en la sociedad también será un factor fundamental en el diseño de su imagen. El CEO de una compañía normalmente vestirá de una forma diferente, por ejemplo, al de un programador informático. De la misma forma, el portavoz acudirá a diferentes actos en representación de la compañía, por lo que su armario deberá ser siempre más extenso y optimizado hacia este papel más institucional.
- Estilo de vida: a la hora de diseñar el armario, teniendo en cuenta los puntos anteriores, el asesor medirá la proporción de tiempo destinado al trabajo, la vida social, el ocio y el deporte. El estilo de vida va mucho más allá del ámbito profesional, engloba su ciclo vital, pero es fundamental que exista una coherencia entre el plano profesional y el ámbito más íntimo y personal.
- Protocolo y etiqueta: lo vemos claramente a partir del código de vestimenta Cóctel. No es lo mismo acudir invitado a un acto de Estado (Día de la Comunidad Autónoma, cena con mandatarios internacionales, etc.) que a la entrega de un premio literario o a la cena de Navidad de la compañía. Los fondos de armario atemporales y las opciones de alquiler de prendas son grandes aliados para estos acontecimientos que son puntuales pero en los que la imagen pública es muy importante.
- Presupuesto: por último, y no por ello menos importante, el presupuesto del que disponga el cliente nos indicará a qué artículos o marcas podemos dirigirnos. Un fondo de armario o un armario cápsula se puede realizar, prácticamente, con cualquier presupuesto, si bien, la calidad de las prendas y su durabilidad serán puntos a tener en cuenta en una balanza frente al importe económico que queramos invertir en nuestra imagen profesional.
Un asesor de imagen es capaz de llevar a cabo todos estos puntos, manteniendo bajo control la percepción externa sobre nuestro cliente, empoderándole para alcanzar sus objetivos, y ayudándole a focalizarse en tareas especialmente importantes para el devenir de la compañía, evitando pérdidas de tiempo y síndromes como la fatiga por decisión.
Resolvemos en la sección de comentarios cualquier cuestión o duda sobre las claves para diseñar la imagen profesional.