La pandemia marcó un antes y un después respecto a los códigos de vestimenta corporativos. La irrupción del teletrabajo provocó que los límites entre lo correcto e incorrecto respecto a la forma de vestir para ir a la oficina fueran más difusos. Pero también supuso la imposición del «Business Casual» como dress code corporativo.
Antes de 2020, los sectores más tradicionales, como el jurídico o la consultoría, tenían una etiqueta muy definida. Si uno pasea por la Gran Manzana un día laborable por la mañana, se puede ver hombres y mujeres corriendo de un lado a otro, vestidos con un patrón muy semejante: traje en tonos oscuros, tanto para hombres como para mujeres. Es lo que llamaríamos un dress code «Business».
Por el contrario, la etiqueta «Business Casual» se había dejado para las compañías tecnológicas o con un componente de innovación. Los nuevos gurús de Silicon Valley se despojaban de las corbatas y combinaban blazers con zapatillas. Era una manera de diferenciarse de Wall Street que, durante los años 80, habían dominado la economía.
En España, la etiqueta «Business» predominaba entre los altos directivos de las compañías, independientemente del sector. Encontrabas corbatas en los despachos de abogados y Big Four pero también en bancos, aseguradoras e, incluso, sectores con un componente más creativo como la comunicación y la publicidad. Era una regla no escrita que permitía mostrar respeto a los clientes. Como una tarjeta de visita.
Pero llegó la pandemia y, con ella, comenzamos a trabajar desde casa. Las normas de vestuario se relajaron tanto, que algunas organizaciones tuvieron que aclarar que teletrabajar no significaba descuidar el aspecto físico. Pero, aun manteniendo unos ciertos estándares higiénicos y estéticos, es cierto que la forma de vestir se fue relajando, apostando por prendas más amplias, cómodas y deportivas.
El Business Casual llegó para quedarse tras la pandemia
Con la vuelta a las oficinas, el dress code «Business Casual» es quizá el más común en las compañías actuales. Existen sectores en los que la etiqueta más formal continua siendo la más implantada pero ya no es raro asistir a comités de dirección en los que las corbatas han desaparecido por completo.
Hablamos de corbatas porque es quizá el elemento más claro a la hora de distinguir códigos de vestimenta pero, en el caso de las mujeres, los trajes de falda/pantalón en tonos oscuros han dado lugar a vestidos con distintos patrones, blusas y jerséis más sofisticados y complementos más creativos.
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Vestido midi230,00€
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Cárdigan monograma180,00€
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Zapato de salón130,00€
El «Business Casual» es un dress code que sigue manteniendo la formalidad de la empresa y el cargo. Suele ser el estándar común en áreas como comercial, recursos humanos e, incluso, financiero (aunque los más veteranos muchas veces se nieguen a adoptarla).
Pero también es un código mucho más adaptable a los cambios de temperatura. De la misma forma, permite mostrar de una forma más sencilla nuestro estilo de vestir. Es más creativo, más sencillo de mantener (los costes en tintorería se reducen drásticamente) y con una mayor variedad de prendas y, por tanto, de precios.
Es común sentir cierto respeto hacia este código de vestimenta, que puede parecer a priori demasiado formal para algunos o ciertamente casual para otros. Pero, realmente, es sin duda, el más flexible, ya que nos permite combinar y reutilizar prendas combinando profesionalidad y comodidad.